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lunes, 16 de octubre de 2017

A mi MADRE.

MAMÁ querida.
MAMÁ ansiada.
MADRE de mis entrañas. Madre de alas extensas. Madre que cobija mi alma. Madre entre todas las Madres.
Madre  preciada. Madre cercana. Madre ante cualquier adversidad. Madre contra todo. Madre que me diste la VIDA.
Madre que cubriste con tu ancho manto todas mis inquietudes. Madre que supiste estar a la altura en todo momento. Madre que me diste consejos. Madre que supiste consolar mis penas más agrias.
Madre que decidiste poner en mi camino todas las herramientas posibles, para poder ser FELIZ.
Madre que alimentas mi sed, mi hambre. Cueste lo que cueste. Madre que dejas de conciliar tu sueño, para favorecer el mío propio.
Madre, que pasas noches en vela; todas la noches, si presientes que te necesito.
Madre que no me abandonas. Madre que te haces sentir viva. Madre que te siento.
Madre que vives en mí en toda la plenitud.
Madre que antepusiste tu felicidad para mermar mis angustias.
Madre que ya no estás en este MUNDO.
Madre que perduras en mi corazón.
MADRE. MADRE. MADRE.

MI MADRE.
La única persona que encontré por casualidad. Porque así lo decidió ELLA.
A la que debo tanto. A la que admiro. A la que venero.
MADRE, nunca dejes de arropar a tu hija. Nunca dejes que me pierda en este mundo cruel.
Madre, sé que nunca, nunca me vas a defraudar.
Porque, eres MI MADRE.
Única, especial, imprescindible, protectora, luchadora, con garras de leona. Con fuerza similar o más grande, si cabe; a la de un huracán.

MI MADRE.