Sigilosos pasos.
Voces silenciadas.
Decisiones fijas e indecisas.
Amabilidad, educación, saber estar. RESPETO.
Gente casi centenaria, dando todo.
Todo, a cambio de nada.
Prudencia y sabiduría.
Ellos son así.
Fueron niños, jóvenes y adultos.
Y ahora pertenecen a ese rango, definido como tercera edad.
Te enseñan tanto.
Que a menudo, me pregunto; si algún día estaré a la altura.
Siempre dispuestos a alabar mi poca experiencia.
Pacientes con mi arrojo.
Agradecidos por todo y por nada.
Intentando adaptarse a las nuevas tecnologías.
Aceptando los cambios vitales.
Concursando cuando ven TV.
PROFESORES DE LA VIDA.
Dando siempre AMOR.
Sonriendo a cada segundo.
Ofreciendo sus mejores galas.
Sabiendo darte alas para ser FELIZ.
Y ahora en estos duros momentos; dando la cara.
Siendo fuertes y valientes, para afrontar otra de las guerras que se avecinan.
No se acobardan, saben los qué es luchar. Lo qué es pasar hambre.
LO SABEN TODO.
Y me siento en la obligación de AGRADECER.
GRACIAS SEÑORES Y SEÑORAS DE TAN ALTA CUALIFICACIÓN.
