REBECA.

Rebeca ya está en este mundo. Jamás podrá imaginar lo que su destino le depara.
En esta extraña situación, la única que tiene claro su lugar es la Mestresa .
Rebeca va a ser criada por su verdadera MADRE, a pecho; como es costumbre.
Pero esos instantes son los únicos que va a compartir con su Nodriza.
Pues de todo lo demás, se va a ocupar la Ama de la CASA.
La niña ha tenido la suerte de nacer en una buena família. Esperando que todo sea Amor, la Madre de la niña tiene sus dudas.
Ella pasará a un segundo plano.
Aquí sabemos quién lleva las riendas.
Después de ese embarazo ficticio por parte de la SEÑORA. A Rebeca se la presentará en sociedad como hija de los SEÑORES.
El papel de la Madre, será solo alimentar a la niña.
Y lo deberá hacer, bajo la supervisión de su AMA.
Rebeca dormirá en los aposentos de los PADRES adoptantes.
Y la vaca de turno asistirá a la llamada de la criatura.
En aquéllos tiempos nadie conocía la DEPRESIÓN POSTPARTO. Puedo asegurar que la recién parida; conocía muy bien los síntomas.
Transcurrían los días, la nena cada vez se encontraba peor. El papel de Madre había sido anulado. La Carol, se siente orgullosa de amamantar a su HIJA. Pero sabe que no cumple con todo lo que una Madre desea para sus hijos.

DE TODO CORAZÓN.

Cuando el corazón manda a la razón, no puede quedarse quieto.
Se anulan todas las decisiones, y sólo es capaz de dirigirse a lo que realmente siente.
Los sentimientos que le arrastran, son mucho más fuertes que cualquier decisión.
No lo puedes detener. Es imposible. Las señales son tan claras. Que anula cualquier visión razonable.
En estos días complicados para mí. He debido tomar decisiones, y lo he echo de todo corazón.
Me ha valido la pena. La sencilla mirada, la sonrisa feliz, los gestos de cariño. Todo lo que me han aportado mis seres más cercanos. Me ha vuelto a demostrar cuánto amor me procesan.
No importa el tiempo ni la economía. Solo importa la calidad del bienestar y la emoción de sentirnos queridos.
No hemos materializado nada. Simplemente nos ha valido compartir nuestro AMOR.
Y realmente, sin ningún tipo de duda; eso es lo que me importa.

Agradezco a los que me han acompañado, una vez más, a ser FELIZ.

OS QUIERO.

ELLOS...

Feroces caballeros, disfrazados de señores.
Fáciles de conquistar, con reacciones inciertas e inesperadas.
Puede que hasta sean capaces de seguirte.
Mientras les dan cova, todo va bien. Cuando exiges se desmoronan.
Si les ofreces lo que buscan; aunque te engañen y se equivoquen ellos mismos, les puedes llevar hasta donde tú quieras. Que pena.
Es abrir un poco tu corazón, y los tienes comiendo en la palma de tu mano. Que pena.
Incluso hay algunos, que se atreven a juzgar tu conducta. Que pena.
Que poca humanidad. Que poco respeto. Que triste. Que pena.
Sin más.
QUE PENA.

PUERPERIO.

Sin duda; después de pasar por la experiencia de traer al mundo una niña. Una mujer se siente bastante agotada. Aunque todo vaya bien. El esfuerzo que significa parir, es algo que rebasa toda barrera del dolor.
La Carol ya superado el parto; se siente más débil que nunca. Le duele el pecho, todo su cuerpo es un continuo malestar. Sus riñones no la dejan descansar. Pasa 24 horas yendo al lavabo. Con los dichosos entuertos. La hemorragia no cesa...
Tendrá que esperar unos 40 días para sentirse mejor.
Mientras la Sra de la casa, se mantiene firme en su decisión. La Carol tiene remordimientos, empieza a sentirse culpable. Se arrepiente del trato firmado.
Se pasa casi todo el día dando de mamar a su niña. Tienen que decidir el nombre.
La Carol baraja varios, pero la Sra lo tiene muy claro. La niña se llamará REBECA.

LA CAROL SE PONE DE PARTO.

Ha llegado el momento tan esperado.
Carol pare en casa, con la ayuda de una comadrona. Es una niña. Sale todo a la perfección.
La niña nace con una salud excelente. La Madre se repone en pocos días del parto.
La Señora no puede ser más feliz. Va a ser MADRE.
Como no podía ser de otra manera. La Señora se ha encargado de adecuar la habitación para la llegada de la recién nacida. Ha comprado todo lo necesario.
La parturienta no ha tenido que preocuparse por nada.
De parir, y llevar su embarazo a buen término. Que es lo más importante.
De lo material se responsabilizan los SEÑORES.
Clara va a ser la nodriza de la criatura. La va a amamantar. Pero poco a poco deberá asumir que no es su HIJA.
Algo realmente duro. Pero pactado, y por escrito.
En esta jerga, los hombres parece ser que no tienen derecho a opinar.
Las riendas la lleva la Señora de la Masía.