Superada por los pelos. A medias tintas, como siempre.
Sin la verdad absoluta. Disfraz de corderito, ser sutil, lobezno.
No eras el mejor momento. Aun así te atreviste a dar la cara. Y después lo estropeaste, volviendo a las mismas. Escondiendo, mintiendo, etc. En tu curiosa línea.
Tu misterio siempre envolvente. Y que cada día vislumbro con más claridad.
Y cuando teníamos ese pequeño acercamiento, vas y metes la pata. Como siempre.
Deseo que salgas de nuevo de mi vida. TE VAS.
Sin apenas rechistar. Sabes que tengo razón. Te pido que regreses. Y así lo haces.
Y por segunda vez vuelves a mentir. Y además a nombrar a esa.
Metedura de pata, otra vez. Cuantas van ya...
Eres imposible, no tienes remedio. Te salva ser buena persona. Pero eso no lo es todo.
Sabes que te exijo más. Tengo mis motivos. Lo sabes.
Te vuelvo a ver. No me importa prestar ayuda. Mi apoyo es incondicional, hasta cierto límite.
Misma situación. Y vuelvo a quedar contigo por última vez. Misma situación. De qué vas...
Me averguenzas, por donde pasas dejas tu fracaso. Arrasas y no te das cuenta. La gente ya intenta escabullirse.
Tengo claro lo que quiero. Y tu lo tienes presente. Aunque no seas aún consciente.
Es triste, una pena. Así es. Lo siento.
Ya no hay más oportunidades. No. Creo que he dado de más, mi poca confianza; se vuelve a esfumar.
El reto, consiste en algo serio e importante. Te acompañaré. Si quieres emprender ese largo y complicado viaje.
Solo en esa circunstancia, estaré a tu lado.
