Admito, entiendo; que debido a las obras realizadas por ADIF. Tengamos que adaptar nuestro horario, Faltar a nuestro trabajo. Comprendo que despues de dichas obras, será una mejoría. Pero no soporto estar bajo estrés. Bajo poca información. Bajo descontrol. No me agrada ser una ovejita desamparada.
No puedo aceptar, quejas de todo tipo. De los usuarios, informadores, voluntarios, controladores, trabajadores, conductores, maquinistas, etc. Todos tienen sus derechos. Al final recae en los más vulnerables. En los que estamos por debajo de la escala.
Ponen servicio alternativo de autocar...
Y ahora ellos se ponen el huelga; huelga de transporte por carretera. Y que más, puede pasar.
Quise verlo en positivo. Me lo fui tomando a risa. Pero llegado el momento, las consecuencias son terribles. No llego nunca puntual a mi trabajo. Sigo viendo a trabajadores humanos. Y también desesperados, lanzando pelotas al aire. Dejando su responsabilidad fuera de lugar. Se centran en lo que es obligatorío. Están cansados del descontrol; como todos.
Tenía la esperanza, de que se solventaran todos los errores. A medida de tal cambio. Que se corrigieran, para mejorar, sobre todo la atención al público. Pero no ha sido así, vamos de mal en peor.
Pongo mi vida en riesgo, cada día. Realizan cambios de última hora.
Los servicios alternativos son mínimos. Cada hora, con suerte. Por lo general cada dos horas, puedes tener un bus. Tren en Sant Vicens, con todo el lío.
Si no me equivoco. Desde mi estación; hay unos cuatro buses al día. Y los festivos cambia todo.
Me subo en autocares, sin ninguna medida de seguridad. Ni ellos saben que han de hacer. Algunos ni conocen su recorrido. Van con el GPS. Y yo con mi corazón en vilo. Se ciñen a un horario establecido. Algunos pasan de todo. Se van, y te quedas con un palmo de narices. Otros paran donde no deben. Hasta se atreven a recoger gente sin parada. Todo viaje representa una odisea. De repente van tres autocares vacíos en la misma dirección.
Una experiencia vivida... Subo en un autocar, donde la conductora no tiene ni idea de como funciona el panel de mandos. La han metido en un bus que no conoce. Más grande de lo normal. Todo falla; mientras lleva toda la gente bajo su responsabilidad. Intenta contactar con su JEFE. LE INDICA QUE SIGA. Ha de realizar un recorrido, por primera vez. Intento empatizar. No es justo.
Ellos, no saben cuando hacer el cambio, cuando descansar, cuando relevar. No saben nada. Pues les cambían continuamente los horarios y las rutas. Eso, los de más arrriba. A quién pedimos seguridad y responsabilidad...
Algunos piden responsabilidad a los Ayuntamientos. Compañías de autocares, empresas, etc. Y todo acaba en CAOS.
Mientras los viajeros estamos desvalidos.
Otra experiencia; en el transbordo de Tarragona, llego al Control. Y me encuentro a los informadores bailando y cantando. Pienso; qué alegría de buena mañana. A las 7, está bien. Tienen todo su derecho. Agrupados, pasándolo bien. Y alguno, que te ofrece alguna indicación. No está nada mal. Yo me alegro. Pero me siento tan frágil. Cuando veo al conductor subir la música. Y participar de la fiesta. Me desoriento del todo. NO ME SIENTO SEGURA.
Ese conductor, arranca. Va que se las pela. Parece que controla. Se come a todos los que tiene por delante. Arriesgando, saltando los límites establecidos. Agobia. SIGUE CANTANDO. ESCUCHANDO SUS CANCIONES FAVORITAS.
Me agarro fuertemente, donde puedo. PARA DE GOLPE EN SU PARADA ESTABLECIDA. Recoge a algunos pasageros.. .Se comen las rotondas sin desconsuelo. A pocos metros una gran família, le pide parar.
Y lo hace; que peligro. En medio de la carretera. Que buena persona, por otro lado. Que falta de responsabilidad. No puedo estar más insegura. En esa parada no había control. Debía estar en su descanso. Y el conductor hace caso omiso a sus obligaciones. Decide subir a esas personas, poniendo nuestra seguridad en peligro. Sitio prohibido para parar. Va diciendo; se pueden dar prisa...
Una família, que tampoco entiendo su riesgo. Bebés en carrito, menores. Lo consiguen, se suben.
Las poblaciones pequeñas, no permiten altas velocidades. El conductor, igual ha roto la amortiguación del autocar.
Llego a mi destino.
Aterrada.
Le cuento a los responsables de estación. La odísea. Toman nota. Toman datos.
Que frágiles somos. Que injusto. No quiero que otros decidan por mí.