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sábado, 9 de noviembre de 2019

CAROL Y LUIS EL MASOVER.

Luis; era un joven apuesto y muy trabajador. Un chico honrado, descendiente de una familia humilde que pertenecía al pueblo desde tiempos remotos.
Un buen partido, como se solía decir en aquéllos tiempos.
El chico observaba a diario a Carol. No podía evitar mirarla cuando trabajaba, cuando descansaba, cuando andaba. Carol no estaba nada interesada en los chicos. Pues su verdadera intención era progresar, para poder alimentar a sus hermanos pequeños. Ya que Carol provenía de una familia muy humilde perdida en Andalucia. Era la mayor de sus cinco hermanos, por esa razón emigró a Cataluña. Con la poca gracia que les hizo a sus Padres. En ese momento era la única opción. Carol tuvo que aprender pronto las costumbres catalanas, el idioma, saber comportarse ante la burguesía.
Luis, sin embargo estaba mucho más habituado al ambiente payés. Ya que era un catalán de pura zepa.
Iban pasando los días, la Masía avanzaba. En la casa se organizaban fiestas para todos los habitantes del pueblo, con alto renombre. Apellidos con casta, tradición y biensonantes. Esas familias que eran merecedoras de un nivel alto.
Luis siempre estaba al frente de lo que ocurría en la Masía. Era el encargado de todo lo que allí se acontecia. Dentro y fuera de la casa. El chico de confianza de los AMOS.
Carol disfrutaba de un lugar bien posicionado en la Casa. Pues era la Niña bonita
de los Amos.
La Carol, inquieta donde las haya. Decide un día salir a buscar aventuras por el campo. A disfrutar de la belleza de esos parajes pirenaicos. Su curiosidad era osada.
Luis que siempre estaba pendiente de los pasos de la chica, montó un caballo y salió en su busca. No iba a permitir que la niña sufriera ningún tipo de percance.
Verdaderamente Carol, estaba muy segura de ella misma. Y le encantaba fisgar.
Decide descansar un poco, se sienta a la orilla del río. Mientras escucha los feroces sonidos del agua. Se concentra en lo maravilloso del paisaje. No tiene ojos para nada más. Mientras Luis, sin acercarse demasiado, la mira con ojos de corderito degollado.
Tampoco estaban muy alejados de sus tierras. Aún así el joven masover quería asegurar la tranquilidad de la chica.
Ella se mostraba ensimismada, observando el cauce del río.
Parecía que esperaba que ocurriera algo. O quizás le encantaría que apareciese alguien.

CAROL

La Carol; era más lista que el hambre. Sus orígenes andaluces, la hacían merecedora de sus encantos.
Por donde pasaba arrasaba con sus elegantes movimientos. Ella respiraba tanta gracia y soltura, que se metía en el bolsillo al Señorito más pedante. Su sencillez enmascaraba toda su inteligente destreza. Su don de gentes era digno de admirar.
No necesitaba hablar mucho. De hecho la obligaban a guardar silencio, respeto, etc. Pero sus grandes ojos negros hablaban por sí solos. Sus labios tan bien perfilados expresaban sin querer. Su melena tan bien recogida, dejaba entrever cuán bonito era su pelo al aire.
La Carol sabía que en un lugar tan apartado de su tierra, debía saber estar. No le convenía tener problemas, aunque no estuviera de acuerdo; asentía, respiraba hondo y a por otra cosa.

viernes, 8 de noviembre de 2019

LA CAROL.

Esa muchachita jovenzuela, con tanto entusiasmo.
La Carol, es muy avispada. No ha llegado a ir a la escuela. Pero a lista no la gana nadie. Trabaja como una mula. Es muy delgada y posee una belleza incalculable.
Niña con unos nervios descarados. Imparable, incansable. Adolescente en su puro esplendor.
Pasa a formar parte de la casa. De manera que si darse cuenta será la protegida.
Carol está siempre en todas partes. Cuando la necesitan ella acude sin reservas.
La Carol, será a partir de ahora la noia de la casa.
En las innumerables fiestas que organizan en la Masía; la Noia es una pieza fundamental.
Es ELLA. La engalanan con vestimentas de servicio. Las cuales luce con natural brillantez.
Así es como va logrando ser parte fundamental dels MASOVERS.

JOAN Y LUCIA.

Emprenden su vida como pareja en un pueblecito catalán.
Joan, un portentoso payés, y su compañera Lucía; una verdadera luchadora.
Fueron tiempos de mucho trabajo. Comienzos sin beneficios apenas.
Pero su juventud y su energía les arropaba.
Consiguen agrandar su Masía.Contratan a Luis, su Masover.
Los Padres de Rebeca poco a poco flotan en un ambiente lujoso. Su granja va muy bien. Sus economía va creciendo.
Deciden contratar a una chiquita joven para las labores del hogar. Ella será una gran protagonista, de esta novela.
Y así poco a poco la granja llega a tener unos 5 empleados. Cada uno con sus obligaciones, y pocos derechos.
A Luis le ofrecen una pequeña casita junto a la Masía. Los demás empleados no residen en la vivienda; excepto Carolina que tiene el deber de habitar en la casa de los Señores.
Carolina va a tener que aprender rápido. Pues es una gran casa. Y su trabajo será incesable.
Los meses transcurren, el invierno da paso a la primera. Época de trabajo intenso. Y hacía el verano las raíces dan sus frutos.

Las ganancias en la Masía son cuantiosas.

Joan y Lucía, son felices. Deciden que es el momento de formar família.

Antes deberán casarse. Algo necesario en aquellos tiempos. El sacerdote del Pueblo, no con mucho agrado; accede a la petición de los jóvenes.
Eran una pareja algo adelantada a sus tiempos. Las circunstancias así les habían educado.
Una pareja que surge del verdadero sufrimiento. Dos seres con estudios y bien posicionados socialmente. Con una gran rebeldía y con esa garra propia de la juventud.
Así son Joan y Lucía.