No son pocos, ni demasiados.
Son lo que necesito.
Los que realmente me echan de menos.
Los que se preocupan.
Los que me quieren ver.
Esos que se alegran de tenerme a su lado.
Agraciada, pues lo percibo con todo mi corazón.
Personas importantes en mi vida. Preguntando, ¿ cuándo nos vemos ?
Ellos son mi esperanza. Mi deseo de seguir. Mi fuerza. Mis ganas de vivir. Mi presente.
Mayores; afirmando... ¿ vuelves ponto, verdad ?
Personas que ayudan a otras. Y me regalan unos bombones, por poner mi granito de arena.
Desconocidos que entablan conmigo conversación. Simplemente por sentirse escuchados.
Un vagabundo que me regala una chaqueta de MUJER. El no la puede usar. Le queda pequeña. No pide nada. Y poco después, me necesita. Necesita una chaqueta de abrigo, pues duerme en la calle. No me importan los motivos. Le doy lo que necesita. He sentido que no ha sido una estafa. Solo desesperación por vivir.
El voluntariado que yo realizo. No lo suelo comentar. Es algo imprencindible, emotivo y sencillo.
Cada día más agradecida. Por sentir el respaldo de aquéllos, que me ofrecen una pequeña sonrisa.
Demostración de sinceridad, amor, respeto y confianza.
No puedo ser más afortunada.
GRACIAS CÁRITAS.
