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viernes, 17 de enero de 2020

YO.

Esa enfermedad; misteriosa, ignorada, ridícula, incomprendida, infravalorada.. De tal difícil diagnóstico, por fin fue declarada como tal en la OMS.
Se había investigado, y llegado a la conclusión de que es enfermedad.
No un simple capricho del que la padece.
Nosotros guerreros, debemos lidiar con ello. Además de la afectación psicológica, debemos soportar
todo tipo de comentarios.
Vivir la experiencia en silencio, por miedo a la poca empatía de los demás.
YO, por suerte ya no me escondo, hoy soy capaz de comunicar mi desconcierto.
Y aplicar toda la valentía que se me proponga, para que mi vida sea lo más saludable posible.
Actualmente pertenezco a un grupo especializado. Resido en otra comunidad. Y me han abierto los brazos; con lo cual no puedo sentirme más feliz. La Clínica del Dolor es una oportunidad para muchos de nosotros. El equipo de psicólogos y psiquiatras son grandes profesionales. Esas tandas de terapia de grupo, nos vienen fenomenal.
Ya podemos decir con la boca bien abierta que padecemos FIBROMIALGIA.
Que tiene síntomas, diagnóstico y tratamiento más o menos eficaz.
Debo dar las gracias a todos los que aportan su granito de arena.
Y nos cuidan satisfactoriamente.
GRACIAS.

YO.

Sinceramente, debo estar agradecida al equipo de Medicina Interna del Valle Hebrón.
Y cómo no, a mi Doctora del Cap el Carmel.
Pues aunque el proceso fue muy lento, jamás dejaron de aplicar toda su profesionalidad.
Mi doctora de cabecera empezó un largo camino, junto a mí. Y nunca desistió.
Me derivó a varios médicos especialistas. Para ver si daban con el diagnóstico.
Su empeño fue tal, que después de muchos años; mas de 10 creo...
Por fin pudo darme una respuesta clara.
Al menos ya podíamos empezar un tratamiento más eficaz.
También se propuso descartar alguna enfermedad rara. Y logró su objetivo.
Mientras mi vida continuaba, a marchas forzadas. Pero seguía luchando.
Incluso la situación se llegó a empeorar, pero jamás tiré la toalla. O eso creo, al menos lo intenté.
Pude averiguar, que no había heredado ninguna enfermedad grave. Por lo tanto, Yo, me propuse avanzar.
A pesar de esa gente incrédula, ignorante. Esos que no comprendían lo que sucedía. Mis fuerzas seguían vivas.

jueves, 16 de enero de 2020

YO.

Si algún comencé a escribir este blog; fue por ser una de mis grandes aficiones. Pero otra de las razones importantes, fue la recomendación que me marcaría para toda mi vida. El consejo de mi Doctora de C
abecera. Ni siquiera recuerdo a qué época se remonta, creo que aproximadamente hacia el 2006 o 2007. No estoy segura. Me alertó, por la falta de una vitamina que mi cuerpo no era capaz de obtener.
A partir de ahí, comienza una larga batalla. Pruebas, analíticas, resonancias, etc...
Tratamientos. Y fue la mecha que encendió la hoguera.
Desde entonces, no recuerdo haber dejado hacer revisiones periódicas.
La vida me ponía a prueba, pues a por todas. Eso fue lo que pensé.
Todo un calvario, cuando en cada visita recibía una nueva noticia. Un diagnóstico, que nunca estaba del todo claro.
Los meses pasaban, los años. Una de las últimas visitas, mi doctora me comunica; tienes una enfermedad autoinmune que no da la cara. Pero que te causa síntomas. Tu cuerpo da señales. Tus análisis nos dan pistas.
Y por supuesto; yo no entendía nada.
Solo sabía que estaba cansada, mi cuerpo no resistía el dia a dia. Tenía dolores en los huesos. Los músculos se convertían en contractura. La visión se hacía borrosa.
Esa persona que siempre creí ser, empezó a desaparecer de mi interior. Las fuerzas se aplacaban, la incertidumbre se apoderaba de mí.
Toda esa serie de síntomas, que no llevaban a nada en concreto. Solo pequeños ápices de que algo no estaba bien en mi cuerpo.
No podía desfallecer. Tenía mis responsabilidades. Debía seguir adelante.
Y eso fue lo que intenté, por todos los medios.
La vida se convierte en una odisea para mí.
Aguantando, soportando, disimulando. Dando mi mejor versión.

Y sin entrar en más detalles. Llevo días que no consigo concentrar mi mente. No consigo escribir; y eso no me va nada bien.

El blog, es mi escape. Me ayuda. Y debo sentir la obligación del intento. Tampoco me exijo más. Pequeños pasos hacia adelante. Me basta.

sábado, 4 de enero de 2020

NUEVO AÑO.

Inevitable ver como los años avanzan.
Tristeza concebida.
Alegría por los recién llegados.
Fusión de sentimientos.
Emociones encontradas.
Brindis acompañados de sonrisas.
Mente dispersa.
Saber centrar el amor en una escena.
No poder evitar que te invadan los recuerdos.
Logros por compartir con los que más quieres.
Nueva etapa, nuevos proyectos.
Nuevo todo.
Viejo en mi alma.
Abundante congoja.
Vivencias de antaño.
Poderlas explotar junto a mis hijos.
Esas canciones, esos bailes, ese pitorreo.
Ese cachondeo, esas miradas, esos abrazos, esos besos.
Esas noches, esos amaneceres.
Las típicas travesuras de los nietos.
Los abuelos felices.
La complicidad de la tercera generación.
Dando paso a las nuevas.
Y yo en medio...

Esto significa para mí; un nuevo año.

Gracias a todos lo que lo hacéis posible.

OS QUIERO.