No solo ocurre en las películas. En la vida real, sucede.
Debido a problemas de salud mental; familías rotas.
Conozco varios casos. En especial me gustaría escribir sobre una chica, que vive cerca. A la que escucho una vez por semana, hablar con su hija y marido por teléfono. Imagino lo duro que debe ser.
Sé que tiene las llamadas restrinjidas. Debido a que trabajé en un Centro de Salud Mental. Todos los pacientes, tienen mucha normativa. Y después se les premia, según su conducta. Increíble. SE QUEDAN SIN IDENTIDAD. PERO LOS ESPECIALISTAS ASEGURAN... QUE ES UNA BUENA TERAPIA.
La chica en cuestión, comparte pisito con tres señores. Entre ellos se ayudan, apoyan. Y tienen una visita semanal, que también colabora.
Me ha contado que se siente sola. Pero se resigna. Está deseando ponerse bien, para volver a casa.
Me pone muy triste. Sobre todo, cuando la oigo hablar con su NIÑA. Cuando veo que apenas duerme. Aun estando medicada. Practicamente, todo el día en la terraza, fumando y bebiendo café. Y me entusiasma, como le cuenta a su niña; con total alegría, que está mucho mejor. Y pronto volverá con ELLOS. Esas garras de MADRE, su fuerza de voluntad. Y su lucha diaría. Por el momento no está ingresada. Que ya es un gran logro. Vive independiente. Tiene mucho mérito.
Y yo, intento aportar un granito de arena. Escuchándola. La saludo, le ofrezco mi apoyo. Y deseo que se sienta un poco más acompañada.
Me enseña cuán fuerte tiene que ser, para afrontar el día a día.
Le agradezco su compañía.
SIGUE LUCHANDO.
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