AL PIE DEL CAÑON.

Adelante siempre.

Agotada, extenuada.

Sin temor a mis decísiones. Sin errar; en esos pensamientos que no ayudan.

Aportando, en un trabajo complicado. 

Hoy me siento hundida. No me da miedo reconocerlo.

Mi día, no ha empezado con buen pie. Y existen esas personas, con las que convivo a diarío. Pero no conozco. Me escuchan, me entienden. Hoy he sufrido un ataque de ansiedad. Ellos me han ayudado. Sigo creyendo.

Me causa sufrimiento. El no saber cómo llegar a mi trabajo. La incertidumbre. Los cambios de horarios del transporte.

Me agustían, los cambios de última hora. Entiendo y comprendo. Obras, retrasos, incidencías. Lo sufrimos todos lo que usamos transporte público. Incluso los mismos trabajadores de ADIF. Inclemencías del tiempo, etc.

Aventura día a día. Me lo puedo tomar con buen humor. Y otras veces, me supera. Me satura.

La situación, se descontrola. Sobre todo, porque dejo a solas a personas dependientes. Puedo estar agradecida, porque salen adelante, con los mínimos necesaríos. Son flexibles conmigo. E intentamos llevarlo de la mejor manera posible. No es justo.

No me corresponde opinar sobre RENFE. Solo creo que tengo derechos.

El caos ocasionado, repercute en mí.

Las mejoras serán bienvenidas; a qué precio. Se que es complicado. Organizar todas esa serie de cambios en la red viaría; yo no entiendo. Pero los que tienen la responsabilidad. Han de cumplir. No dejarnos incomunicados. Estoy agotada; por escuchar quejas de todo tipo. Por ver a la gente desinformada. No me gusta ser un borreguito. No acepto órdenes, de personal descualificado. Acepto que cometamos errores., como personas. No admito a profesionales, que se desorienten. A conductores de todo tipo. No soporto conflictos, peleas. Quiero y necesito seguridad. 

No quiero formar parte, de esa cadena que aprieta, y te lleva a situaciones innecesarías. Solo necesito hacer mi trabajo. No perjudicar. Y no ser vulnerable ante lo injusto.