Capullito de seda.
Recuerdo cuando los teníamos. Te impresionaban sus cambios. Gusanitos indefensos. Comiendo sus hojitas de morera. Dentro de esa cajita, encarcelados.
Haciendo todas sus necesidades básicas ahí. Cosa que no te agradaba. Te daba asquito. Entonces la MAMA te ayudaba a limpiar. Te gustaba darles de comer. Sobrevivir ante todo. Bajo cualquier circunstancia. No entendías el porqué estar dentro de una simple caja. Siempre te quise explicar, que necesitaban hacer un cambio. Que su transformación sería maravillosa. Se iban a corvertir en mariposas, serían libres para siempre. Aunque su proceso lo iniciaban solos. Necesitaban nuestra ayuda. Lo recuerdas...
En principio, tenían una família. La cual, les cuidaba. Después requieran atención más especializada. Y en el COLE, podías comprobar que se convertian en capullitos de seda. Y recibías todas las explicaciones, para suavizas tus grandes dudas; esas existenciales, las que te ayudarían a definirte. Su única finalidad era LA LIBERTAD. A cualquier precio. Ante cualquier adversidad. Aceptando todo cambio imprevisto.
Proceso complicado, delicado; con resultados vitales. Conseguir el objetivo. Lucha intensa. Logro conseguido.
Ser valiente. Mi NIÑO.
Creo que siempre quise hacerlo lo mejor posible. Apoyarte, cuidarte, quererte, amarte. Entender, comprender. Sentirme ORGULLOSA hasta la médula.
Pues eres mi CHICO. MI AMOR.
Mi GUERRERO incansable. Y mereces toda la felicidad. La lucha no es en vano, HIJO MÍO.
TE QUIERE.
TU MOMAYA.
Hasta el final de mis días. Te lo juro. Aquí estoy.
MI HIJO.
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