Un día que recuerdo, con mucha alegría. Mi PADRE era uno de los primeros, en gastar bromas. Y siempre caíamos. Se ponía tan serío, que cualquiera no le hacía caso..
Entre mis hermanos siempre alguno, nos colgaba un muñequito echo con papel de periódico.
También habían los que te pedían dinero. Y se lo ganaban con creces.
Luego recibías llamadas telefónicas, de los más graciosos. Y normalmente te hacían caer. Sobre todo mi TIO JOSÉ ANTONIO. Incluso mi TIA ANTONIA.
Hasta mi cuñada MERCEDES. Me hizo la broma más de un año.
Con el PADRE de mis HIJOS, era imposible. Siempre lo conseguía, con todos los que él se proponía.
No digamos la YAYA SOFÍA, se llevaba el mérito, sacaba dinero de todos.
Más adelante, seguímos con la tradición. Con mis HIJOS. Les encantaba hacer muñequitos de papel. Colgarlos en tu espalda. Y reírse hasta agotar fuerzas. Bendita inocencía, la nuestra y las de ELLOS.
Usaban menterijillas, y a veces se llevaban la palma. Yo siempre les creía. Entre ELLOS, era un día feliz. Donde todo valía. Con el tiempo se vendían bromas, que también medían tu reacción.
Recuerdo cuando era adolescente, tenía novio. Y como buena GÉMINIS; aprovechaba la ocasión, poniendo a mi NOVIO, entre la espada y la pared. Me funcionaba, la verdad. Hasta se unía su familía, para tapar sus caídas en la broma. Junto a alguna amiga, le hicimos caer más de una vez. Poniendo mi confianza en juego. A flote aparecían mis celos enfermizos. La juventud no tiene límites, eso creo.
Hoy he vuelto a probar suerte. No me ha ido nada mal.
FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES.

MIS HERMANOS. SIEMPRE A LA ALTURA.
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