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martes, 12 de noviembre de 2019

La Carol, se confiesa.

A la niña, se le complican las cosas. Comienza a confiar en Luis, éste va a ser su gran apoyo. Ella se siente muy cómoda hablando con el Masover. Sus visitas diarias a la casita, cada vez son más amenas. Luis sabe muy bien cómo ofrecer su ayuda. Entre ellos existe una gran complicidad. Con el paso de los días, no pueden estar el uno sin el otro. Sin apenas darse cuenta cada vez son más amigos. Intiman más de la cuenta. Creen que se están enamorando. De una preciosa amistad surge un gran amor. Empiezan a surgir toda una serie de sentimientos que jamás habían sentido.
Carol nota que se le escapa de las manos su vida . Por un lado se está enamorando de Luis, y por el otro su Amo la precisa cuando quiere.
¿ Qué hacer cuando la vida te pone en ese tipo de aprieto ?
Carol no tiene a ninguna figura femenina con la que poder saciar sus más íntimos secretos. Evidentemente no lo puede hablar con su Madre. Sus hermanos son pequeños. Ella sólo puede pensar en lo que la necesitan en su pueblecito de Andalucía. El mundo se le viene encima, la chica con energía atrapadora, de repente comienza a desfallecer. No se encuentra bien de salud. Sus problemas alertan a Lucía; la señora. Carol va medio mareada todo el día, acude constantemente al cuarto de baño. Está cada día más rara.
La Señora, que realmente posee estudios universitarios; empieza a sospechar que algo ocurre. Observa todos los pasos de la Carol. Empieza a investigar. No vaya a ser, que en su Masía, pasen cosas de las que no tenga constancia.
Descubre los encuentros entre su esposo y la Carol.
Ve con sus propios ojos, las diarias visitas a la casita de Luis.
Piensa que no controla la situación en su propio Hogar. Y no sabe cómo debe actuar. Ella tiene un buen carácter. Aún así no va a estar dispuesta a ningún tipo de lio. Es una mujer muy avanzada respecto a ideas sociales. Pero tampoco le gustan para nada, los chismorreos. Su forma de ver la vida, en ocasiones la traiciona. Pues en el mundo donde habita, todavía hay mucho camino por recorrer. Sus convicciones dejan a algunos bastante desconcertados. Lucía sabe manejarse muy bien entre la alta burguesía. Aunque a veces políticamente se debe morder la lengua.
Lucía sabe a ciencia cierta, que podrá hablar con su esposo en confianza. A pesar de no estar de acuerdo con las costumbres que él defiende. No va a estar bien visto, que Lucía en público defienda sus ideales. Va a procurar llevar el tema en la más profunda intimidad. Debe anteponer su status social. Además, no puede luchar contra el poder que mantienen los hombres. Intentará por todos los medios, dejar en muy alto nivel su casa; su esposo.
Imaginad el gran impacto que supone un lío de faldas. Algo que en nuestra época apenas tendría repercusión. Por aquel entonces era muy habitual, y además sabido por todos. Aun así se mantenía en secreto por no dañar la imagen de los Burgueses. Como se suele decir, un secreto a voces.
Mientras Lucía, intentaba descifrar el enigma. Su esposo mantenía su digna posición. Seguía acudiendo a sus reuniones al Café del Pueblo. Acudía asiduamente a esas casas de citas, que todos sabían donde estaban. Realizaba constantemente viajes a Perpiñán. Y conseguía convertirse en una gran Burgués.
Esa era su postura, su obligación, su bienestar.


lunes, 11 de noviembre de 2019

RECUPERA LA ENERGÍA QUE TE PERTENECE Y LA CONCIENCIA - A 432 HZ

EL SECRETO.

Luis, no deja de pensar en el episodio vivido. No es capaz de olvidar. Lejos de pensar con total inocencia. Ha podido comprobar que esos encuentros se intensifican.
Está decidido, va a hablar con la Carol. Después de varios intentos, Carol por fin accede. Mantendrán una larga conversación, que quedará guardada para siempre.
Luis no sabe cómo empezar...

Niña, ¿ me quieres contar algo ? Quiero que sepas que estaré dispuesto a escucharte. Si necesitas mi ayuda, lo que sea. Me tienes a tu lado. Eres mi niña graciosa. Carol, sabe de la impresión que le causa a Luis. Pero no se siente capaz de desvelar su gran secreto.

Masover; sé que me guardas admiración. Lo sé por cómo me miras. Pero, chico no sé a qué te refieres.
Realmente va a ser muy difícil que la Carol confie en Luis. La niña, se siente tan ahogada; que no le va a quedar otra.
En realidad tampoco tiene buenos amigos. Y también siente que necesita ayuda.
En ocasiones, todos necesitamos ese apoyo. Confiar en alguien. Oír que te escuchan. Que te comprenden. Sacar un poco de peso de esa mochila.
La Carol comienza a hablar por peteneras. Entre sollozos y sin dejar de moverse.
Quiere expresar lo que siente.

Masover, tienes razón. Me está pasando algo inconfesable. El Señor me quiere ayudar. Dice que soy su amante, su protegida. Su niña bonita. Y yo creo que me engaña. No me fio. Él está felizmente casado con su Mujer. Me parece que me utiliza para satisfacer sus deseos.
Por aquélla época; al menos en la burguesía catalana, era muy común que los Amos tuvieran amante. Suponía disfrutar de buena clase social. Así que todo buen Señor disfrutaba de ese derecho abusivo. Lucía, la mujer del Amo; lo tenía que asumir. Ella lo sabía y consentía.



domingo, 10 de noviembre de 2019

EL ASOMBRO DE LUIS.

Mientras el joven Luis, estaba a la espera de que su niña admirada le viera por casualidad. Escuchó el trotar de un caballo.
No podía creer los que sus ojos estaban viendo.A su Amo Joan.
¿ Qué casualidad ? Pensó Luis. No sabía si saludar al Amo, o seguir escondido tras los matorrales. Quizás pasó algo grave y el Señor iba en busca de la joven.
Por si acaso, Luis, decidió seguir en su posición de vigía.
La Carol no se sorprende con la llegada del Señor.
Es más se saludan efusivamente. 
Luis no sabe qué pensar. Desde luego no era la forma más adecuada de saludarse.
¿ Estaría enferma la niña ?
Joan, el Amo; monta en su caballo y ayuda a la Carol a montar también.
Los dos se fluyen en un abrazo y cabalgan por los alrededores de la Masía...
Sin ir precisamente hacia la casa.
Luis los persigue a distancia. Siente curiosidad.
El caballo del Señor se detiene en una recóndita cueva. Sabía perfectamente dónde se dirigía. Conocía muy bien el camino. Sin embargo Luis no sabía de la existencia de esa cueva.
Lo que sucede dentro de ella solo lo saben los que dentro están.
Luis se aleja, porque está como un flan; los nervios se apoderan de él.
Va directo a su vivienda. No puede contener su asombro, la incertidumbre recorre por sus venas. Cree que van a explotar de un momento a otro.
Intenta tranquilizarse, es conveniente que sepa actuar con sigilo.
Nadie debe notar su estado ansioso. Sobre todo la Señora.
Luis prosigue con sus tareas. Consigue pasar inadvertido.
Al cabo de aproximadamente un par de horas; aparece la Carol. Sola y caminando llega hasta la Masía. Luis no puede decir nada. Y hace como si no la hubiera visto.
Los paseos de tarde de la Carol se repetirán durante meses. Ella tiene derecho al disfrute de unas horas de descanso.
Y el Amo, dedica habitualmente las tardes para gestiones de negocios. Incluso debe acudir al Pueblo. Por lo tanto no hay nada que pueda descubrir a los amantes.