VOLVIENDO A LA CRUDA REALIDAD.

Vamos a visitarte. Esperámos novedades. Información médica.

Te vemos tan bien. El equipo médico decide; quieren tomar la iniciativa de que junto a una logópeda, puedas empezar a comer triturado. Beber agua con espesante. Pues, haces una lígera mejoría.

Mi hermano J. busca información. Estás muy tranquilo. Te encuentras bastante bien. Vamos a intentar que comas algo. Lo conseguímos PAPA. Te comes un buen plato de proteínas. Y pruebas algo más, que no te gusta. Ahí lo dejamos. No podemos insistir más de la cuenta.

Meriendas sin problermas. Cenas sin problemas. Haces una buena remontada. Mi hermano, junto a nosotros. Evitando el contacto; pues está enfermo.

Tu te vas despidiendo, en ocasiones comentas que te vas a casa, al Pueblo. Me sigues hablando de la MAMA; siempre junto a nosotros. Mi hermano J. Te conoce, y  sabe estar cuando toca. Pero si denota tu rebeldía, desaparece. TODO POR TU BIENESTAR.

Sabes que escribo, porque no quiero olvidar.

Hacemos una videollamada. Y me emocionas; pues hablas con tu nieta Ely. Te muestro fotos de mis hijos. Reconoces a ALEX.

Por fín PAPA, le dices a ELY, estoy con tu MADRE. Hasta ese momento, creo que no sabías quien era YO.

TE JURO QUE NO ME IMPORTÓ... QUE MIENTRAS ESTUVIMOS JUNTOS... NO SUPIERAS CON QUIÉN ESTABAS. Te doy gracías, por ser agradecido. Sabes de los que estuvímos hablando.

Regreso a casa. Te lo explico, me entiendes. Y me dices, vuelve cuándo puedas. Aquí estaré. 

Claro, te digo; PAPA esperáme, no te vayas muy lejos.

Día siguiente sigues mejorando. Y de repente haces otro bajón.

Esperando novedades.

VIVA LA VIRGEN DEL PILAR.

Domingo, vuelvo a tu lado. Siempre acompañada. Arropada por la Virgen.

Muestras mejoría. Tenemos conversaciones existencíales. Preguntas razonando, sobre lo que te preocupa. Estás alerta y superviviendo. Como tú sabes. Luchando con todas tus fuerzas..

Meditas, reflexionas. Escuchas, y sigues avanzando en tu progreso. Física y psicológicamente, te debates entre algún sueño, y en segundos vuelves a tu realidad.

Para mí siguen siendo duros momentos. Días de sufrimiento y a la vez, de admiración.

Compartimos canciones, jotas y bailes arágoneses. Celebrando el día.

Nuestros momentos de nostalgía, recuerdos. Risas y carcajadas. Complicidad mutúa.

La hora de la visita se acaba. Nos despedimos. E insistes en agradecer todo lo que hago por tí. Agradeces a todos los demás. Me cuidas, yo intento lo mísmo. Te preocupa si voy a comer, a cenar y dónde voy a dormir.

Te alegras por mi bienestar. Yo también por el tuyo.

Volvemos a crear un vínculo. Nos importamos mutuamente.

Entro en tus alucinaciones, consigo que las superes. Me transformo sólo para tu bien. Jugamos al despiste, iniciamos un plan; para disimular y que no nos pillen, cuando hacemos de las nuestras. Todo bajo supervisión médica. Complot en equipo. Nos funciona. ADELANTE. Me hablas de la MAMA. ELLA ESTÁ CON NOSOTROS.

LA VIRGEN DEL PILAR DICE...

Que no quiere ser francesa. Que quiere ser Capitana de la tropa Arágonesa. 

Un día 11 de octubre viajé para estar contigo. Llevando a mi lado a mi MADRE.

Cuando estuvimos a solas. Disfrutamos de refránes, pequeñas estrofas de canciones, para tí conocidas.

Adivinanzas, que aprendí cuando era pequeña. 

No me reconocíste. Es cierto, que me brindaste una sonrisa. Pero no sabías quién era yo.  Así pasamos la tarde, unidos en mente y alma. Cojidos de la mano. Sentí una fuerza y conexión irracional. Pero ya te conozco. Tú a mi tambien. Estabas tranquilo y adormilado. La medicación hacía su efecto. Y te sentaba bien...

TU DECISIÓN.

En mis circunstancías. En estos momentos.

No es grato, observar el egoísmo ajeno.

Después de un par de semanas, de angustía. Decides, y lo debo respetar.

He buscado soluciones, como siempre; me he involucrado más de la cuenta. Y el resultado, nada de lo que esperaba.

No era necesarío pasar por esos momentos. Si lo hubieras dicho de antemano. 

No sé ya qué pensar. Si realmente estás muy enferma. O si juegas con los que te rodean. Ante la duda, me voy a curar en salud. Sin perder el respeto, ni la devoción. Pero sí mirando por mí.

No tengo palabras.