Recuerdo el primer día que me puse en contacto con esa família.
Fui a Tarragona. A la delegación de Cáritas. Me avisaron para un nuevo trabajo. Eramos dos aspirantes. Escogieron a otra persona.
Pero esa chica no duró ni un día, en su puesto de trabajo. Me citan y acudo a una entrevista, con uno de los sobrinos de mis JEFES.
La entrevista deja mucho por ver. Pero le calo al segundo. Un presumido, que no se habla con ningún miembro de su família.
Le dejo claro mi entrega. Me contrata, sin pensarlo dos veces.
Voy a una Masía; el MANOU. Donde dios perdió las zapatillas. No me importa.
Trabajo al aire libre. Vida sana.
Eso fue por el 2020.
No estoy segura de poder relatar con detalles, aquélla experíencia tan nefasta.
Lo único que recuerdo, establecí una buena relación, con mis JEFES.
La casa no reunía, las condiciones básicas para habitar. Eso es lo de menos. Me sentía muy agusto. Me prepararon una habitación sencilla. DEBÍA TRABAJAR 24/7.
El sobrino, en cuestión; del cual no me fié jamás. Me propuso cosas indecentes. Acudía a mi habitación, sin permiso. Abría mi puerta. Sin saberlo su MUJER.
Se comportaba de una forma inapropiada. Conmigo, y con sus TIOS.
Estaba siempre vigilante.
Yo me centraba en mi trabajo.
Pero me invadían las dudas..
Nos atrapa la PANDEMÍA.
Mantengo una dura discusión con el SR. JOSEP ANTONI. Sobrino de mi JEFE.
Decide esconderme en mi habitación.
Me enfrento, y le digo que me quiero ir, de ese infierno.
La tormenta era insaciable. En todos los sentidos. Me deja en la calle, con mi maleta. Sin transporte, y sola.
Tengo la idea de ir a la casa vecina; otra sobrina de mi JEFE. Pido ayuda. Me la ofrecen.
Me acercan a la parada del bus. Para poder regresar a mi casa. Después de haberles contado lo acontecido. Alucinan. Pero transigen.
No es mi labor hablar de sus secretos famíliares. Mi deber es defender mi justicia.
Me despiden.
Sin que mis JEFES estén de acuerdo.
Mari ANGELS. Me vuelve a contratar, ya en TORREDEMBARRA.
En el piso de mis JEFES.
Acepto. Bajo condiciones mínimas. Sin contrato legal. Y trabajando 24/7. Estoy de acuerdo, pues lo necesito. Incumplen las leyes. No me pagan lo que me corresponde. Pero callo, por necesidad. Abusan de mi confianza, de mi bondad.
Lo vuelven ha hacer. Me dicen que se van a ahorrar dinero, de cara a la S.S. Como no entiendo nada. Me presto a sus sevicios. Me hacen un contrato por menos, horas. Aseguran que no me perjudica. Confirman que nos benefía a todos. Yo firmo. CONFÍO. ME ENGAÑAN DE NUEVO. Trabajo con contrato de 20 horas. Cuando realizo 24/7.
Realizo tareas de enfermería. Se siguen ahorrando dinero. Limpio, y cubro servícios ajenos a mi trabajo.
Durante más de tres años.
Jamás utilicé mis vacaciones enteras. Me pagaban proporcionalmente. Jamás cogí una baja por enfermedad. Me deben dinero.
Todo por ELLOS. De todo corazón.
Y ahora...
Quieren mantener su razón. Y no estoy de acuerdo. Me quieren seguir convenciendo, de que actúan bajo ley. No lo creo.
He estado cuidando de dos personas. Con un sueldo mínimo de 1000 euros.
Según ellos, lo que marca la ley. Solo tuve una subida de sueldo.
ME PAGARON UNA VEZ UN AGUINALDO. NUNCA MÁS.
Cuando les ofrezco cambios. Antes acudo a la GESTORÍA. Ellos, me ponen entre la espada y la pared. Pero no lo consiguen. Se enfrentan a mí, dos personas con conocimientos de leyes. Y no acepto.
Yo no he timado a nadíe. Solo pido lo que me corresponde. Les enerva.
Me manipulan. Y yo sigo en píe.
Siempre intenté mantener con ELLOS, cordialidad y respeto. Pero no lo conseguí.
Cambían mi contrato. Y al cabo de un mes. Me despiden.
DEFENDIENDO MIS DERECHOS.
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