Ese personaje de ciencia ficción, que creyó hacerme alucinar junto a él. Me engañó con sus paradojas de la vida, caballería y saber estar. Su imaginación andó más deprisa que su inalcanzable realidad.
Ese loco, idealista, de grandes recursos, necio, inapropiado a la realidad existente.
Ese gran locutor, ese ser confundido.
Un gran Señor en apariencia, una gran decepción cuando su arrogancia y valentía surcan más allá de los propias olas del mar.
En los acantilados se vislumbra tanta belleza, tan increíblemente cuerda y loca a la vez.
La sabiduría de la Naturaleza logra que una doncella se enoje; cuando un caballero presuntamente le ofrece la vida.
Eso fue lo que ocurrió, y después de una primera cita.... Se desvaneció la cordura. La ternura, la indiscreta conducta de mi acompañante, logró abrir mis ojos.
Ante un posible lobo, depredador.. no se puede aspirar a una segunda oportunidad.
Aún así, intenté hablar con ese caballero; y qué ocurrió que desapareció.
Ya no estaba interesado en mi amistad. Ese valor que tanto defendió a capa y espada.
El caballero se tornó hipócrita. Dejó de ser sabio, ya que sus locuras le llevaron a destapar su máscara.
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