No es que hoy precisamente quiera brindar homenaje al día que se conmemora. Simplemente ha sido casual. Quiero escribir sobre el derecho de la MUJER a escoger su modo de vida. Algo que se debe recordar a diario.
Y así comienza el cuento...
Erase una vez una gatita muy presumida. Por esas casualidades de la vida quiso formar pareja. Tuvo muchos problemas. Pues no encontraba a acompañante de vida idóneo.
Pudo conocer a varios pretendientes. Tuvo la oportunidad de poder elegir. Pero sus dudas la dejaban sin argumentos. Era incapaz de ver cualidades en ninguno de sus favoritos. Los intentos y decepciones la dejaban cada vez más desolada o NO.
Todos parecían ofrecer tanto... y a la hora de la verdad ninguno daba la talla.
Pensó que igual debía buscar por otros andurriales. Por otra condición sexual. Quizás alguna MUJER. Que supiera comprender y amar como Ella estaba dispuesta ha hacer.
Hasta que un buen día, por fin; se dió cuenta de que lo que ELLA buscaba era estar SOLA. Como mucho en compañía de su mascota. Por cierto una gatita muy acicalada.
Feliz como una perdiz, supo encontrar su propia felicidad. Su bienestar, su comodidad. Adentrarse en su propia alma. Llegó a Amarse como nadie pudiera soñar.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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