Seguidores

miércoles, 16 de noviembre de 2022

HERIDAS.

 Es verdad. Lo voy ha hacer. Mirar dentro de mí.

Y curar viejas heridas.

Heridas que emanan sangre, heridas que derrochan lagrimas.

Sobre las heridas irreparables. Las que no se saturan, las que no cicatrizan. Sobre esas heridas voy ha hablar.

SON LAS QUE SE AFERRAN EN TU VIDA. TE ARRANCAN EL ALMA. TE ROMPEN EL CORAZÓN.

Y NO ERES CAPAZ DE ALIVIAR EL DOLOR.

En mis adentros existen ese tipo de heridas. Las he querido olvidar, no es posible. Las he querido comentar, compartir. No es posible.

Pero por fin, he encontrado a dos personas capaces. Una de escuchar y aconsejar. Otra de recomendar ser YO misma, siempre.

Y agradecida estoy.

Con lo cual he decidido enfrentar a mis más temido demonio, ese lobo, ese ser quebradizo e injusto. Educado en sus ancestros. Me ha constado dolor, costado meses. Y puedo decir que lo he conseguido. Lo he logrado. Nos hemos puesto de acuerdo. No sin ningún esfuerzo, no sin ningún sacrificio. No sin lágrimas. Pero saliendo adelante, como los fuertes. Como lo que me enseñaron.

De frente, afrontando, admitiendo. Siendo responsable. Sin culpas. Pero con suma critica. Y ante todo el respeto inmejorable. 

Solo diciendo la verdad, sacando a flote mis debilidades, rebajando mi autoestima. Sabiendo quien tiene el poder. Pero llegando ha crear un dialogo más que conveniente. Y arrojando AMOR.

Ni yo sin ti. Ni tu sin mi.

Pero tu aceptas tus errores. Como yo los míos.

No fue nada fácil. Solo he de decir que hablar es lo más sano que conozco.

Como seres adultos, como PERSONAS.

ESTOY AGRADECIDA. POR EL APOYO. POR SER hija. Y POR TENER AL MEJOR padre.

Con los mejores valores, con las mejores intenciones. Con el mejor AMOR.



No hay comentarios:

Publicar un comentario