Te sorprenden con sus gestos.
Te hacen favores sin pedir nada a cambio. Por el simple hecho de ofrecer felicidad.
En una etapa de vida, en la cual trabajé al lado de Monjas; siempre me dijeron que la Providencia es Divina. Y empecé a creer en ello. Lo cierto es que cada vez estoy más segura. La fuerza que me demuestra esa sabiduría es cierta.
Pasando por alguno de los momentos más difíciles. Aparecen y te preguntas a qué es debido. Pues por Misericordia. Por algo sobrenatural. Por lo que sea, pero están ahí. Y no te dejan hasta conseguir su objetivo. Tu PAZ es su labor.
No quiero describir ejemplos gráficos, simplemente por preservar su intimidad.
Pues intuyo que son seres especiales. Y merecen todo mi respeto. No son personajes, son ángeles.
Llegan hasta mí, por algún motivo. Y no los he buscado, de verdad. Ellos han venido por su propia decisión. Sabiendo que los necesitaba.
Y tienen tanta sencillez, que dudas de sus actos. Te confunden, incluso piensas mal. Por desgracia así nos hemos acostumbrado. Somos incapaces de creer en el ser humano.
Yo ya puedo decir que adoro a los enviados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario