SANGUIJUELAS.

Bajo mi punto de vista. Las podríamos definir, como PARÁSITOS.

Se posan en tí, y no te dejan respirar. Te asfixian, te ahogan.

Son tremendamente egoístas; intentan alimentarse de tu propia sangre.

Son hipócritas, pues antaño, se hacían servir para curar algunas enfermedades.

Yo no creo en esa teoría.

Porque lo que en realidad, ansiaban era adueñarse de tí. 

Se agarran tan sutilmente como larvas. 

Aunque su imagen es desagradable, te abducen.

Con sus delicados movimientos, te conquistan.

Cuando te han atrapado, vierten en tu cuerpo, toda su anestesia.

De hecho a muchas personas se las denomina así; porque se aprovechan de los demás.

Qué se puede esperar de un PARÁSITO...

Son viscosas, oscuras e intrigantes.

Por eso te utilizan.

Saben anular tu pensamiento.

Se aferran a tí, hasta conseguir que olvides tu MUNDO.

Cuando han conseguido su objetivo. Te han llegado a desangrar... DESAPARECEN.

Y evidentemente, buscan otro cuerpo.

Esa es su labor. Alimentarse de otros.

Saciar su ansía de sobrevivir.

ALEJATE DE LAS SANGUIJUELAS.