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miércoles, 25 de octubre de 2023

AQUELLA CIUDAD...

 La que yo recuerdo. A la que admiraba. La que me vio crecer. Echar semillas. Vivir plenamente. Sufrir y avanzar. Luchar y caminar.

Aquella ciudad.

Vago por sus calles, inmersa en la confusión. En el desespero del poder humano. Visualizo tantos cambios. Tanta prisa. Tanta ofuscación. Tanto loco suelto. Tanta envidia, tanta hipocresía. Tanto robot andante. Andando al paso de los primeros viandantes. Acercandóse a una meta inexistente. La ciudad se mueve continuamente. A todas horas. No cesa su ruido. No descansa su gente. Solo corren, hacía algún lugar. Hacía su trabajo. Sin mirar al prójimo, al desamparado, al necesitado. Con garras y ganas de superación; hasta dónde...

Quedó atrás el valor humano, la solidaridad, la bondad.  EL EQUILIBRIO SOCIAL.

Se perdío, y lo más cruel es que no lo vemos, no lo reconocemos. 

PÁRATE.

RESPIRA HONDO.

DISFRUTA de tu gran ciudad.

Doy gracias por recordar mi infancia, entre callejuelas. Jugando, compartiendo, viviendo.

Doy gracias por mis grandes finales.

Y agradezco poder haber resistido a esos cambios. Y sobre todo saber elegir. Y escapar a tiempo.

Aquella ciudad; ahora modernizada a todos los niveles. Pero sin valores. Solo unidades andantes despojadas de humanidad. AMORTAJADA EN VIDA.

Siento sentir estas sensaciones.

Es mi realidad, mi andadura por aquella CIUDAD.

Prisa, materialismo, oportunidades, desgracia. Pobreza, riqueza. Hormiguero decayendo poco a poco. Vulnerables a solas. 

Desencanto de ciudad.

Es mi humilde opinión.

Pido disculpas por mis pensamientos... Por mis sensaciones al visitar aquélla ciudad. Por sentir ese ahogo, ansiedad y angustia tansitando por sus calles.

QUERIDAD CIUDAD.

NO CORRAS.



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