Es lo único que tengo para mí sola. Mi satisfacción de estar conmigo misma. De tomar mis propias decisiones. De no compartir con nadie por compromiso. De saber qué quiero, cómo y dónde.
No quiero contar con nadie, para vivir mi vida. Solo yo y solo YO. Vivir a mi antojo. A mi manera. Sin tapujos, siendo YO.
No he de cambiar por nadie. Si alguien me quiere, me deberá aceptar con mis defectos y múltiples virtudes.
Lo he decidido yo sola. No deseo formar parte de una pantomima. Deseo ser yo. Quererme yo. Saber que lo que hago está bien. No pensar en nadie. No querer satisfacer a nadie. Me basto y me sobro.
Creo que una sabia decisión de este tipo, me puede aportar más de lo que creía. Vida, paz, tranquilidad, riqueza de conocimiento. Autoestima, valores, sentimientos propios.
Ejercicios mentales, funciones vitales; a las que yo sola me enfrento. Afronto mi responsabilidad. Lucho por mis ideales. Por mi libertad. Por no sacrificar mi estado físico. Al final te ves sola. Y sola quiero estar. Y no me encuentro sola, pues estoy conmigo misma. Me quiero, me amo. Me reconforta mi estado actual.
Lo he elegido YO. Yo decido. Yo planeo, yo salgo, yo entro, yo me voy. Yo trabajo. Yo descanso, me cuido y ofrezco mi amor a quién lo necesite.
ME AMO.
ME AMO.
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