Así es, queridos lectores. Y no se puede evitar. Los sentimientos son tan fuertes; que se desmenuzan en tu cerebro con el tiempo. Pero siguen en cenizas. La brasa, a veces vuelve a quemar, depende de la energía que otorgues. Puedes lanzar aire, y puede que vuelva a surgir el fuego. Aunque siempre es mejor apagar aquello que quedo medio encendido.
Soplé, con todas mis fuerzas, hasta anular aquel fuego latente. Y lo conseguí. No con agua. no con mantas; solo con aire. No necesitaba cobijar a nadie bajo mi ala. Necesitaba soplar fuerte, y salir airosa de la situación. Lo hice, hoy puedo volar con fuerza.
Siento haber ennegrecido a alguien, con mi negro pasado. Hoy vuelvo a brillar. No veo tan bonita a la luna. Vivo reflejando mi mirada en el SOL radiante.
GRACIAS VIDA.
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