Porque yo he de respetar...
Es que me han respetado a mí. Me has conocido acaso. Sabes algo de mí. Sabes quién soy...
Estos son los seres puramente egoístas, que saben o creen saber atrapar a presas fáciles.
La buena gente, que te escucha, te aconseja. Te apoya... Se hacen grandes a tu costa. Pensando que te tienen agarrada. Disponible y LIBRE.
Mientras tu sanguijuela hambrienta, carroñero discreto. Quieres y deseas cazar.
Ya no me das los buenos días. Ya no me mandas fotos. Ya nada...
Claro has confirmado, después de hablar conmigo personalmente. Que te has equivocado. Qué fácil es. Ha sido tan simple, ver tu rostro.
Deberías avergonzarte. Simplemente por ser tan depredador. Espero que no caiga nadie en tus fauces.
Imagino que voluntariamente no lo hará nadie.
Has tenido demasiada paciencia. Tenías la esperanza de encontrar a una ignorante domada.
Y te has acobardado, y te has rendido. Cuando te he acorralado. Cuando te he descubierto. Das mucha pena.
Con todos mis respetos. Nunca me has respetado. Solo aprovechabas mi conversación, para saciar tus deseos. Y al final te has ido. Claro, mucho mejor.
Me encanta desenmascarar a estas fieras. Inhumanas, voraces e incomprendidas.
Aun así, te deseo que seas feliz. A tu manera. Me da igual. Pero a mi, no, a mi no me va tu juecito.
Ojalá encuentres quién cubra tus necesidades. Solo espero que no sea alguien débil. Con lo que puedas jugar a tu antojo.
Se ha escapado la presa.
LA PRESA HA HUIDO.
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