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jueves, 11 de julio de 2013

MARÍA SE SINCERA.

María sabe que es una mujer, a la cual le cuesta mucho sincerarse. María sabe que ha encontrado su camino, su herramienta. Es escribir, María encuentra la serenidad buscada, la encuentra en la escritura.
María abre su corazón plenamente, hasta límites irreconocibles por ella misma.
Nunca pensó, nunca imaginó que la escritura iba a ser su mejor aliada.
Gracias a la escritura; María consigue adentrarse en lo más profundo de sus sentimientos. Consigue estrujar sus más íntimos pensamientos, consigue llegar al fondo de su alma. Consigue llegar al fondo de su corazón.
María se convierte en MADRE.
Y a partir de entonces todo da un vuelco en su interior.
La sensación de ser madre, es única, no tiene comparación. Cada madre lo siente en su interior de forma diferente.
Por mucho que las estadísticas quieran contar. Por mucho que la Ciencia quiera explicar. Por mucho que la investigación acierte en gran medida en lo sucedido en un PARTO, por muchas revistas informativas que existan...... LA SENSACIÓN DE SER MADRE ES ÚNICA.
Y además cada persona lo experimenta a su manera. Aunque tengamos cosas en común; cada individuo es individuo. Puedes compartir características, puedes compartir vivencias, puedes compartir el momento del parto, puedes compartir muchas cosas. Pero el único momento que es de uno mismo es el del propio ALUMBRAMIENTO.
Es muy difícil explicar con palabras lo que siente cuando se da a LUZ.
Es un hecho sublime, único, individual; un hecho que cada madre experimenta esencial y particularmente en su interior.
María recuerda sentir a su niña, antes de saber que estaba embaraza fisicamente.
María recuerda experimentar a su bebé, sus pataditas, sus gestos, sus movimientos, sus apetencias, MARÍA sabía qué le apetecía a su bebé cuando lo llevaba en sus entrañas.
María sabía si debía sentarse, andar, descansar, escuchar música, pasear, leer. María sabía lo que su bebé deseaba. Sabía si la niña estaba incómoda, sabía si era necesario cambiar de postura. ELISABET se encargaba de mandar las señales a su madre.
UN HIJO Y UNA MADRE  CREAN UN VINCULO TAN ESTRECHO, que nada ni nadie es capaz de quebrantar.
Por eso sintiéndolo mucho; he comprobado con mi humilde experiencia: QUE SER MADRE ES UN HECHO ÚNICO.
Que cuando nace tu bebé, tu eres la que le da el sustento, el amor, el cariño, das tu vida por él.
Nadie me va a convencer de que la UNIÓN DE UNA MADRE CON UN HIJO ES PARA TODA LA VIDA.
El PADRE juega un papel indispensable, crucial, importante. Pero no me cabe duda de que no crea un vinculo de VIDA.
La función del padre viene después del NACIMIENTO.
Se le debe agradecer mucho al padre, es indiscutible. Sin él no es posible engendrar un embrión.
PERO EL VINCULO AFECTIVO SÓLO APARECE ENTRE MADRE E HIJO.
Está demostrado, aunque yo no creo mucho en las estadísticas........ Que una madre nunca abandona sus hijos. Un padre puede que SI.
No quiero entrar en el dilema. Realmente sólo quiero dejar claro EL VINCULO FISICO, AFECTIVO, VITAL, que por naturaleza sentimos LAS MADRES.
VALORO EL TRABAJO DE LOS PADRES.
LAS MADRES SOMOS LUCHADORAS POR NATURALEZA. Está escrito, en la prehistoria; las madres se quedaban en casa con sus hijos. El hombre salía a cazar. Nada puede cambiar el enigma de la VIDA.
Las mujeres si ha sido necesario han salido a trabajar fuera de casa, en todas las épocas. El hombre aún dudo si es capaz al 100 por cien de realizar la misma labor que una mujer con respecto a sus HIJOS.
UNA MADRE SE ENTREGA TOTALMENTE.
UN PADRE PRIMERO PIENSA EN ÉL.
Lo maravilloso de todo, el conjunto de las dos especies es SINGULAR. PADRE Y MADRE JUNTOS EN LA MISMA LABOR.

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