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lunes, 22 de abril de 2013

LAS HERMANAS S.

Eran dos hermanas muy amigas mías de de la infancia. Con ellas disfruté de grandes momentos, de juegos inolvidables, de risas, de llantos, de pasar horas en la calle, en su casa, en la mía. Fueron mis dos amigas, las que pudieron venir a mi comunión. Con las que jugué en mi terraza, mis amigas de la infancia.
Ellas eran inseprables, todo lo que hacian iba en pareja, eran un pack indivisible. No recuerdo ver a la una sin la otra. Y recuerdo pasar momentos de juegos fascinantes.
Y aunque como todos los de esa época, tuvimos una infancia movidita, por consecuencia de grandes cambios en todos los sentidos. Seguíamos arrastrando la educación carca que nuestros padres habían adquirido. Y claro nos enseñaron a respetar por encima de todas las cosas, a los mayores. Eran unos padres autoritarios, pero eran nuestros padres al fin y al cabo. Algo provechoso sacamos de esa época, estoy completamente convencida. Y por no indagar más prefieron no urgar en las viejas heridas.
Más bien prefiero recordar mi infancia, a mis amigas con todo el cariño que nos forjamos juntas, con toda la fuerza que nos deleitabámos mutuamente.
Y con el gran impetu con el que sabíamos, vivir dia a día felices en nuestra más profunda inocencia.
MARIBEL, te recuerdo vivaracha, enérgica, dinámica, movida en una palabra. Te recuerdo luchando contra mí por los guapísimos novios. Batalla tras batalla, pero no llegamos nunca a enfadarnos por eso.
Te recuerdo jugando en tu calle, con la pandilla, jugando en la plaza, recuerdo subir a tu casa,. Recuerdo a tu madre, gran trabajadora y a tu padre ejerciendo su papel. Y RECUERDO a duras penas, que tuviste un hermano.
MERCEDES, te recuerdo con todo el cariño, y aunque hoy no estás entre nosotros, te sigo recordando.
Te recuerdo más tímida, callada, dejando llevar por tus mayores. Te recuerdo a la sombra de tú hermana, pero en muchas ocasiones te hacías notar, y sacabas tu pequeño genío y me sorprendías. Y a veces te enfadabas y te ibas con MERCEDITAS, creo que con ella tenías más buena relación. Te entendías mejor, era de tu edad, y tú hermana y yo éramos un poco más mayores. Así que hicimos de cuatro, dos para dos.
Y seguíamos jugando juntas, y si alguien se enfadaba recurríamos a nuestra aliada. Y ninguna nos sentíamos solas. Por eso sé MERCEDES, que estés donde estés habrás sabido encontrar a alguien o algo en lo que refugiarte. Y sé que vives en tú hermana, que de alguna manera estás presente. Porque si tú hermana te recuerda con tanta profundidad, hace que de maneera insospechada VIVAS, en este y en otro MUNDO.
Un mundo que no sé en que momento de tu vida, debiste elegir, porque yo perdí el contacto más adelante,
y lo que me duele es no haberme despedido de tí. Pues creo que de esta manera me acerco un poquito a tu persona, por eso he decidido; después de muchos días meditando, hablar de tí. Y que sepas que te llevo en mi recuerdo, y te quiero decir ADIOS, y deseo que seas feliz, en tu nuevo caminar. UN BESO MERCEDDES.
Y me gustaría despedirme con gran cariño de MARIBEL, persona a la que he ido encontrado en varias ocasiones de mi vida. Pero ella sabe que la última vez que la ví, sentí algo muy especial. Algo que te remueve el alma y el corazón, y te alegras tanto de ver a esa persona, que casi te quedas sin aliento. Porque gracias a la tecnología nos hemos vuelto a encontrar, pero amigos no hay nada más enriquecedor que abrazarte a una persona querida.
GRACIAS MARIBEL, porque cuando te necesité, acudiste.
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